Para la gran mayoría de las startups de nuestro tiempo, el éxito suele estar íntimamente relacionado con el impacto y la penetración que una iniciativa obtiene en el ciberespacio. Si bien no es una fórmula exacta, a mayor número de visualizaciones digitales, las probabilidades de que un producto o servicio alcance rentabilidad y genere dividendos serán más altas. Por supuesto que para ello se requiere que lo ofertado solucione necesidades de los consumidores, además de cumplir con los más exigentes estándares de calidad. Pero esos son otros temas.

Internet y el marketing digital han permitido que prácticamente cualquier idea pueda publicitarse. Y que estas lleguen al público potencialmente interesado. Lo que también ha intensificado la competencia, haciendo que muchas veces los consumidores se sientan agobiados ante la cantidad de opciones que tienen para elegir.

Consecuencia directa de lo anterior es que el público en su mayoría, ha aprendido a diferenciar cuando se topa con resultados de búsqueda pagados o con los equivalentes digitales de las vallas publicitarias.

Un estudio adelantado por el GrupoM UK y reseñado por Business 2 Comunity arroja más luces sobre este tópico: 94% de los internautas hace clic en los resultados orgánicos antes que en los de pago. Así mismo, y esto no es nada nuevo, la primera página entre los resultados de búsqueda se queda con el 92% de las interacciones.

Por ello, no es una cosa menor que las startups incluyan sus estrategias de Search Engine Optimization dentro de sus planes de negocio. La diferencia entre el éxito y el fracaso puede estar aquí.

Lo primero que se debe considerar es que los resultados de la optimización SEO no son cosa de un día para otro. En el mejor de los casos, y asumiendo que se trata de la mejor página web, con excelente diseño, sumamente amigable para sus usuarios y con contenidos top, se requerirán de al menos seis meses para que se empiecen a percibir los logros.

Para adelantar estas estrategias es necesario que la startup tenga claridad meridiana de cuál es su nicho de mercado. Quiénes son sus clientes y dónde están. Elementos que deben estar definidos al detalle. De lo contrario, todos los intentos se ahogarán en el vasto océano que es internet.

No es tan sencillo como suena. Pero tomando en consideración la abrumadora cantidad de competidores potenciales que también estarán persiguiendo un clic, la mejor manera de que un término de búsqueda rinda tributos es que sea original y no una copia de uno establecido.

Esto debe equilibrarse con el hecho de que una palabra clave de competencia cero no servirá de nada, porque nadie la está buscando. De nuevo, la paciencia es clave para en primer lugar, imponer nuevos términos de búsqueda y para que estos empiecen a redirigir el tráfico.

Si algo ha quedado claro en el ciberespacio es que el éxito puede ser efímero. Lo que hoy es tendencia, mañana ni siquiera califica como un vago recuerdo. Por ello, para que una startup mantenga su nivel constante de ganancias y ascienda a la categoría de empresa sólida y consolidada, darse por satisfecho con victorias puntuales es condenarse al fracaso. En el mundo de hoy, innovar es cosa de todos los días.