Tirar adelante un negocio en Internet, con las múltiples opciones que confiere, no consiste tan sólo en crear su página. La ecuación del éxito precisa de un buen diseño y una mayor visibilidad para alcanzar todo consumidor potencial de nuestro producto. Y, más todavía, de acudir a un buen consultor SEO que posicione nuestra web casi en las manos del internauta.

Un contexto clave para Internet

A raíz del confinamiento al que indujo la pandemia, aún no erradicada, del coronavirus, la presencia de usuarios en Internet se disparó de forma histórica. El tiempo muerto en el periodo de cuarentena sirvió a muchos para abordar la red como jamás se ha visto. Consecuentemente, además de un crecimiento exponencial del contenido virtual, las compras y el comercio online presentaron un auge que, provocando una gran aceptación y popularidad entre el público, a día de hoy aún mantienen. Razón por la que Internet, ese cercano desconocido, se ha convertido en la opción preferente para extender el negocio y el comercio empresarial.

El universo de la red es francamente peliagudo. En su espacio virtual, cualquier eco que en el exterior pudiera expandir su onda de sonido hasta el otro lado del globo se convierte en un silbido del viento a lo lejos del bosque. La esperanza de vida de la presencia de una empresa en Internet precisa de posicionamiento SEO. Y con ello, de profesionales como el consultor-seo-pamplona.com mediante los que afincar el nuevo y digitalizado hábitat de la empresa, a la par que abriéndolo a un mar de posibilidades. Tal y como dicen, hay que subirse al vagón correcto antes de que pase el tren.

Destacar un punto en un océano

En tan solo un minuto, Internet es asediado por 2 millones de búsquedas en Google, casi 600 nuevas páginas creadas y 72 horas de vídeo subidas a YouTube. Con estas cifras como trasfondo, destacar de entre tal torbellino de información frenética es casi un acto heroico. No obstante, el mencionado posicionamiento SEO (en inglés Search Engine Optimization) consiste en la aplicación de distintas técnicas o tácticas mediante las que mejorar la posición y la visibilidad de una página web en la marea de Internet. Es decir, conseguir que cuando un usuario busque cierto contenido, a pesar de la ingente cantidad de nuevos o consolidados datos, la página web en cuestión aparezca en las primeras listas.

Asimismo, Internet valora positivamente aquellas páginas web de gran estructura e imagen impoluta, dado que dichos parámetros otorgan credibilidad. En ese sentido, cabe diferenciar entre el SEO on-page i el SEO off-page. El primero consistiría en realizar una serie de cambios en la misma web para que el motor de búsqueda la encuentre óptima para su visibilidad. En el segundo caso, para promocionarla en otros espacios. Como bien menciona otro referente del sector, la consultora SEO visicrea.fr, “una página web hoy en día ya no es suficiente”: es preciso ser “visible y fácil de encontrar para los usuarios de Internet”.

Es por dicho motivo que tanto los últimos como los venideros límites a la vida en el espacio público por la Covid-19 son cruciales para mejorar el posicionamiento SEO. Internet se convirtió prácticamente en un bien de primera necesidad no sólo por sus grandes dosis de entretenimiento, sino por las compras. Fueron muchos los usuarios que, durante la cuarentena, recorrieron mil y una páginas y adquirieron todo tipo de productos, desde caprichos a alimentos, a través de su versión online. Un hecho que, ciertamente, ha redefinido nuestro futuro concentrando un alto porcentaje de su actividad en las entrañas de la red.

Todo por el usuario

La ecuación en Internet para con el mundo del negocio es simple: cuantas más visitas y mayor presencia en la red, mayores serán las probabilidades de vender. No obstante, por muy luminoso y faraónico que sea el rótulo de nuestra empresa, tanto será inútil una ubicación en un mal barrio como un servicio pésimo al cliente. En este último punto, la atención al cliente-internauta no se define únicamente por la calidad de la asistencia o el producto y su inmediatez de envío o de respuesta. Es preciso conocer al usuario, entender sus movimientos, sus preocupaciones y necesidades, para adaptar una página sencilla, intuitiva y ergonómica que haga de su paseo por nuestro espacio una cómoda y favorable experiencia.

Un diseño potente, pero sencillo, así como imágenes de buena calidad y de gran, pero sutil, impacto visual pueden servir de mucho. Reducir los textos largos sobre las descripciones de un producto y escoger debidamente las palabras a destacar, también puede contribuir lo suyo a una mayor fidelización de nuestro cliente. Eso sin contar, por supuesto, que la gran mayoría de las búsquedas se llevan a cabo mediante un teléfono móvil y que, por lo tanto, la versión móvil de nuestra página debe ser exquisita. Recordando, además, que nunca hay que olvidar revisar la página en busca de errores. Todo un complejo mundo del que un buen consultor SEO puede encargarse para explotar el alcance de nuestra página web.