La historia de la humanidad plantea etapas en donde ocurren hechos que cambian a los seres humanos en cómo hacían las cosas e incluso cómo se comportaban. La revolución industrial, por ejemplo, hizo que de pronto mucha gente perdiera sus empleos y que mucha gente tuviese que literalmente que re-inventarse para poder sobrevivir. Después de la bomba atómica el mundo cambió y ya sabemos que una nueva guerra mundial simplemente sería devastadora para la raza humana. Y si todos estos cambios han movido al mundo, la tecnología ha hecho también lo suyo.
Cuando empezaron a salir las computadoras de 8 bits, las cuales tenían un minúsculo poder a lo que hoy podemos tener en nuestros escritorios, seguro nadie pudo imaginar lo que vendría. Y llegó la miniaturización de chips, de circuitos, y llegaron entonces los primeros reproductores de audio. Con la llegada del formato MP3 y la red de redes, Internet, entonces las personas empezaron a compartir la música y en pocos años pusieron en crisis a las disqueras.
Pero también se inventaron las cámaras digitales y sin poder detener su avance, acabó con el negocio del revelado en fotografía. Y los locales en donde se hacían este tipo de labores empezaron a desaparecer. La tecnología empezaba a hacer una revolución en donde las viejas maneras de hacer las cosas, empezaban a desaparecer casi radicalmente. Hoy, por ejemplo, el negocio de la fotografía ha dado un giro de 180 grados y prácticamente, para la mayoría de las personas, todo es ya digital aunque claro, para los especialistas siempre habrá opciones, menos que antes, pero las habrá.
Y con la llegada de los teléfonos inteligentes, con la propia llegada de los teléfonos que podían conectarse a Internet, nos llevó casi a canibalizar a las cámaras fotográficas y a los iPod, que empezaron a ser parte del hardware del teléfono. No es coincidencia la cita de Wozniak en el sentido que el iPod desaparecería pronto.
Un camino parecido se está empezando a ver con los libros electrónicos. Hay quien dice que el libro no desaparecerá, y quizás sea así, pero evidentemente con las nuevas tecnologías vemos que hay muchos libros en formato PDF, que han sido escaneados por anónimos dentro de la red y que ahora con un click pueden descargarse hasta nuestra computadora. Y pareciera que como pasó con la música, ahora los libros podrían cambiar radicalmente en el modelo de negocios porque claramente si sigue esta tendencia, ni para los escritores será negocio escribir.
Pero si vamos a las nuevas tecnologías y medios, a pesar de las grandes virtudes que ofrece el estar conectado a la red Internet, a poder ver información tanto escrita como multimedia vía nuestras pantallas de la computadora, esta posibilidad está incidiendo fuertemente en el ámbito de las televisoras y los medios electrónicos. Hoy, por ejemplo, vemos que los “youtubers” son invitados a participar en programas de televisión, porque estos son los nuevos comediantes. Y peor aún, con las políticas de empresas como Televisa, que ha tenido que empezar a cerrarle la llave de los grandes salarios a sus estrellas para eventualmente despedirlos, estos personajes se han ido a Internet, y son los youtubers que buscan sobrevivir en este terrible mundo competitivo. Y tal vez gracias a la fama que ya tenían en la TV, puedan mantenerse, pero el hecho es que YouTube, su tecnología para ofrecer contenidos multimedia que cualquiera puede hacer, está haciendo mella en el anterior poder de las televisoras.
Y si aún alguien tiene dudas, véase como los dispositivos como Rocku o el de Amazon, de pronto están dando contenidos de la televisión a demanda del usuario. Ya se acabaron los horarios y el poder de las televisoras para transmitir cuando ellos lo decidieran, la serie que nos gustaba. Hoy podemos verla a la hora que queramos en el momento que deseemos y en el dispositivo que se nos ocurra. Y de pronto los contenidos no los tienen que hacer los que trabajan en las televisoras. Y de pronto la Radio tiene el mismo problema (aunque menor), porque ya se puede hacer radio por Internet. Y en un abrir y cerrar de ojos de menos de 50 años, las cosas cambiaron a tal punto que la silenciosa revolución ya está aquí y quien no se adecue a la misma, simplemente no podrá sobrevivir.
Las revoluciones son siempre lecciones difíciles de entender o asimilar, pero están presentes a través de la historia humana. No son necesariamente malas o buenas. Todo depende si el mundo en promedio mejora y es ahí donde tenemos que evaluar si estamos haciendo las cosas bien o mal, desde luego, como raza humana.