La tecnología e internet ayudan a romper las barreras entre países, lo que permite a la empresa crecer
Si una pequeña y mediana empresa (pyme) quiere crecer, debe pensar en la expansión internacional, y es que de acuerdo con ProMéxico, 83% de las pymes no ejecuta acciones para consolidar su presencia en el exterior.
Sin embargo, un problema de las pymes es que no saben cómo iniciar, creen que es complejo o no cuentan con una gran infraestructura tecnológica.
Esto ya no es un obstáculo porque gracias al avance tecnológico y el internet, las barreras entre países pueden romperse, y es por esta combinación que las pymes pueden exportar sus productos y posicionarse en el mundo por el e-commerce.
Samuel Lara, coordinador de consorcios y modelo de negocios ProMéxico, explicó que el e-commerce ha crecido en los últimos años 34% al año en México, pero sólo 10% de las pymes tiene una página web.
“Por mucho tiempo utilizamos los métodos tradicionales de exportación, pero el cambio de la industria 4.0 nos ha obligado a actualizarnos. Estamos viendo cómo podemos ayudar a las empresas mexicanas a ser internacionales, cómo dar a conocer el producto y cómo se dan las citas entre importadores y exportadores. Para eso la tecnología es vital”, detalló en entrevista durante el Foro GO2, encuentro enfocado en temas de innovación en comercio exterior.
Destacó que en el país la tendencia es más a comprar que a vender, lo cual se busca cambiar. El objetivo es incrementar las ventas, sobre todo, en los países que más consumimos: Japón, Estados Unidos y China.
Ante la revolución 4.0, la meta de ProMéxico es enseñar a los empresarios a utilizar herramientas como redes sociales y marketplaces internacionales para competir con los mercados del mundo a través de una buena estrategia de e-commerce.
Para ayudar a las pymes, ProMéxico ha hecho alianzas con plataformas de e-commerce internacionales como Ebay y Amazon, Lazada en Singapur y otras en Europa.
Gaszen
Exportar puede ser una tarea difícil, pero no imposible, se necesita una buena propuesta y explotar todos los recursos digitales posibles, tal como lo hizo Jennifer Reyna, quien diseñó un dispositivo que se conecta al tanque del gas para monitorear su estado, el consumo diario y el nivel que hay en el tanque.
“El dispositivo se conecta a internet y con ello empoderamos al usuario final a tener información y tomar mejores decisiones en cuanto a su consumo de gas”, dijo.
El proyecto, llamado Gaszen, que comenzó tras observar que más de 3,000 millones de personas recibían menos cantidad de gas que el que compraban, hoy también llega a República Dominicana, Costa Rica, Perú, y Chile está interesado, gracias, en gran medida, a la venta en su página web.
Otro ejemplo de cómo el e-commerce ha ayudado a vender a nivel internacional
es Umberto Luce, diseñador de zapatos de hombre cuya marca del mismo nombre ha conquistado a más de 15 países.
“Nosotros fabricamos zapatos igual que Ferragamo, Gucci y Prada, pero nuestra diferencia es que estamos más cerca de los clientes. Mostramos a nuestro equipo como a Jacobo el cortador, Fabrizio de marketing y nuestra vida detrás de la marca. Contar estas historias da más valor y nos permite llegar a los consumidores que queremos”, señaló.
Asimismo, al realizar el pedido a través de su página web, el cliente está seguro de que los zapatos que pidió están hechos especialmente para él, ya que todo se realiza tras su compra y va recibiendo notificaciones de cada proceso. Por ejemplo, le llega la información de que ya se están cortando los materiales, del armado, los detalles y del producto final listo para ir a su nuevo hogar.
En el mismo sector de zapatos está Tecovas, marca estadounidense que elabora zapatos, botas y accesorios estilo western, cuyos productores son del estado de Guanajuato.
La empresa fundada por Paul Hedrick logró, gracias al producto fabricado por mexicanos, superar sus ventas en sólo 28 meses, rebasando a marcas líderes del western como Lucchese y Dan Post.
Actualmente comercializa de 30,000 a 40,000 pares por mes y para el 2019 se espera aumentar a 350,000 sólo por e-commerce.
Además de la venta online, la clave está en saber bien lo que el consumidor desea, dedicarse a él y hacer adecuadas alianzas estratégicas.