De acuerdo con la última Encuesta Mundial de CEO elaborada por la consultora PwC, un cuarto de los encuestados señalaba la innovación como la principal prioridad para sus empresas durante 2018. Asimismo, también destacaba el capital humano, la competitividad, la experiencia de cliente o las capacidades tecnológicas.

Este deseo de innovar y de crecer no suele ser tan fácil de llevar a cabo: el afán por identificar nuevas áreas de crecimiento, oportunidades y establecer planes de éxito a largo plazo puede ser difícil tanto para las compañías consolidadas como para las startups.

Teniendo en cuenta este contexto, Sage ha desarrollado los cinco procesos que debe llevar a cabo una empresa para mejorar su planificación y estructurar su proceso de crecimiento:

Contar con los profesionales adecuados. Es un proceso crítico para las empresas el establecimiento de los requisitos y experiencia que debe tener el personal de los equipos, así como el rol que jugarán una vez se incorporen a la compañía. Es importante valorar si el tipo de profesional que se requiere es aquel con habilidades múltiples, válido para desempeñar su rol en distintas áreas del negocio, o buscar un profesional especializado que ocupe los vacíos de expertise de la empresa y ayude a acelerar nuevas áreas de negocio.

Enfocar el negocio al cliente. El éxito de toda compañía se basa en la obtención de nuevos clientes y su posterior fidelización. Para abordar esta situación, es necesario analizar la base de clientes actual para detectar las fortalezas y debilidades sobre el rendimiento de la empresa cuando retiene clientes, así como prestar mucha atención a las tendencias del mercado. Realizar encuestas, entrevistar a clientes nuevos, actuales y a aquellos que por diversos motivos se dieron de baja, y escucharles de manera activa para actuar en consecuencia.

Adaptación a las tecnologías cambiantes. El uso de las tecnologías supone, también, un gran abanico de posibilidades para las empresas a la hora de mejorar sus operaciones y contribuir al crecimiento. La adopción de servicios basados en la nube, por ejemplo, es una forma de reducir las infraestructura de IT establecidas, no sólo reduciendo los costes y mejorando la eficiencia, sino liberando al equipo de IT para explorar nuevas formas de utilizar la tecnología emergente que mejorará el negocio en lugar de simplemente reaccionar ante los problemas.

Adelantarse a los acontecimientos. Impulsar las ventas a corto plazo a través de promociones y nuevos productos y servicios ayudará a generar ingresos, pero no es la forma más adecuada de posicionar a las empresas para un crecimiento sostenido a largo plazo. Esto requiere una visión más holística y a más largo plazo de las operaciones y negocios de su compañía: la visión de su compañía, las estrategias de ventas, el posicionamiento en el mercado, su fuerza laboral, su infraestructura tecnológica y sus procesos, etc.

Focalizarse en el propio negocio y no en la competencia. En lugar de enfocarse en la competencia, las empresas deben invertir tiempo y recursos en comprender mejor su propio negocio, incluyendo el desarrollo de sus equipos y el compromiso con los empleados. Un reciente informe sobre el compromiso de los empleados señala que un aumento del 50% en la participación activa de los empleados en aspectos estratégicos para la compañía equivale a un 3% en el crecimiento de los ingresos en el año siguiente.