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La COVID-19 ha dejado una estela de cambios sociales, económicos, laborales e incluso culturales que marcará los ritmos del mercado y del panorama empresarial de ahora en adelante. La comunicación, la formación, las estrategias y las perspectivas de negocio han sido interrumpidas por la necesidad de adaptarse a un nuevo ecosistema digital y tecnológico, el nuevo destino de los consumidores. Ante esta situación, tanto los retos como las oportunidades se han multiplicado para las empresas en tiempo récord.

En este contexto, los expertos de The Valley proponen5 consejos para fomentar la competitividad en este nuevo escenario, optimizando las herramientas que el proceso digitalizador ha puesto al alcance de las marcas:

1. Capacitación digital para los profesionales del equipo

Los empleados de una compañía deben formarse continuamente en materia digital para adaptar todos los procesos, habilidades y competencias a la nueva realidad tecnológica. Por ello, las empresas deben comprometerse y ofrecer la posibilidad de adquirir conocimientos en materias como el marketing digital o las metodologías de trabajo agile.

2. La cultura corporativa también debe transformarse.

Las herramientas digitales no deben limitarse a adaptar las funciones a las nuevas necesidades de trabajo, sino que han de optimizarse para impulsar la comunicación interna, la cooperación, la motivación de los equipos y el engagement con la compañía. “Y es que contar con una cultura corporativa innovadora, eficiente y ágil es una de las bases fundamentales necesarias para el proceso de transformación digital en la empresa”, señalan desde The Valley.

3. Trabajo más eficiente, flexible y ágil.

El contexto actual ha puesto sobre la mesa la necesidad de nuevos modelos de trabajo, primordialmente híbridos. A esta necesidad se le suman las tendencias de otras metodologías como el Agile, Lean Startup o Design Thinking, que cada vez son más populares. Por ello, las compañías deben estudiar cuál de los modelos se adapta mejor a sus objetivos y circunstancias para garantizar la eficacia de los esfuerzos corporativos en cada una de sus acciones y, especialmente, en las fases de la transición digital.

4. La integración de tecnologías en el ámbito laboral ya no es una opción sino una obligación.

“Lo que antes podía suponer un valor añadido para las empresas en sus procesos de facilitar, optimizar y automatizar procesos de trabajo, hoy en día es casi una obligación”, comentan los expertos de The Valley. Actualmente, tecnologías como el Cloud, la Inteligencia Artificial o el Big Data están irremediablemente unidas a la productividad, la mejora de la experiencia de usuario y las estrategias de marketing y captación de posibles clientes.

5. Quien no esté online, no existe.

Los consumidores y usuarios se han adaptado sin remordimientos a una nueva realidad en la que sus demandas se mueven por la red. Todas las empresas necesitan su “hueco” en el gran universo online, ya sean B2B o B2C. Entre los beneficios de esta presencia digital está un mayor alcance por puntos de contacto y una mayor accesibilidad gracias a servicios directos como el e-commerce, que en el segundo trimestre de 2020 aumentó su volumen de negocio en un 143% con respecto al mismo periodo de 2015, según datos de la CNMC.