Conocer mínimamente los términos técnicos y legales implicados en la contratación de un alojamiento web, resulta muy útil para saber qué se adquiere o necesita, evitando futuros inconvenientes.

Para elegir un hosting en español no solo es comparar precios y ofertas, sino que también es necesario prestar atención a estos puntos:

Las páginas o sitios web utilizan un espacio físico en internet. Este alojamiento o almacenamiento lo realiza una empresa o proveedor, a través de computadoras especiales llamadas servidores o hosting.

El tipo de servidor a contratar dependerá del espacio que ocupará según sea el caso, un portal personal o de negocios y la cantidad de tráfico proyectada a recibir. Es de suma importancia conocer las alternativas existentes y determinar la clase de sitio a alojar.

Estos servidores pueden ser de tipo:

Compartido: donde los sitios web alojados comparten los recursos de un mismo servidor.

Los dedicados: ideales para sitios web de alto tráfico, el servidor estará disponible totalmente para el contratante, ofreciendo un máximo rendimiento.

Servidor Privado Virtual o VPS (Virtual Private Server): es un servidor compartido entre máquinas virtuales, estas actúan como un servidor dedicado de rendimiento superior.

Cloud: son varios VPS que permiten mayor expansión sin limitaciones.

Optar por proveedores de servicios web que publiquen la ubicación física de sus centros de datos es crucial para el posicionamiento en buscadores, la optimización regional y la velocidad de carga, la cual será de milisegundos para quienes vivan en España, mientras si la visita se realiza desde otro país, estos tiempos pueden elevarse de entre 2 a 3 segundos, tiempo suficiente para perder potenciales visitantes.

Contratar un servicio de almacenamiento web español asegura el cumplimiento del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y el correcto tratamiento de la información de las personas físicas, no solo los datos personales sino también la circulación de estos datos. Incumplir esta Ley conlleva sanciones de hasta 20 millones de euros.

La resolución de problemas con el servicio de hospedaje no presentará barreras, manejándose en el mismo idioma se podrá enviar correo electrónico o llamar por teléfono.

Afinidad en el horario de atención, la disponibilidad de las 24 horas los 7 días de la semana, no será de gran ayuda, si no se comparte la misma franja horaria. Un requerimiento urgente, tardará menos tiempo en resolverse si el hosting está en el país donde se encuentre el cliente, de lo contrario podría tardar mínimo 5 o 6 horas. Las labores de mantenimiento en los servidores regularmente se harán por las noches, en horarios donde no se necesita utilizar la web o cuando el tráfico sea menor.

Entender el funcionamiento de los precios publicados por un proveedor de alojamiento web evitará confusiones al momento de la facturación. Estos precios generalmente se muestran por mes, y se terminan pagando por períodos totales comprendidos entre 3 meses hasta 10 años. Es primordial evaluar cuál será el precio final por pagar.

Buscar testimonios y calificaciones positivas expresadas por otros clientes, con respecto a los servicios prestados por el proveedor a contratar. Puede hacerse a través de Google, usando frases como: “opiniones nombre-del-hosting-a-contratar”.